Las cookies nos permiten ofrecer nuestros servicios. Al continuar navegando, aceptas el uso que hacemos de ellas [+]. Aceptar.
-A  +A   

Zamora rinde homenaje a Jerónimo Aguado con la colocación de una placa en las inmediaciones de la Iglesia de San Cipriano

05/04/2024

La concejala de Cultura reconoce que la ciudad estaba “en deuda” con el sacerdote que educó musicalmente a generaciones de jóvenes

El director del Coro Sacro, Pablo Durán, muy emocionado, resaltó la figura de un hombre sencillo que “nos marcó el camino de lo que hoy hacemos”

Jerónimo Aguado, fundador del Coro Sacro y del Coro del Yacente ya tiene su placa en pleno casco histórico de Zamora. La concejala de Cultura, María Eugenia Cabezas, junto con el presidente y el director del coro, Javier Gutiérrez y Pablo Durán, respectivamente, y el Hermano Mayor de Jesús Yacente, Dionisio Alba, descubrieron esta tarde una placa junto a la Iglesia de San Cipriano en homenaje a un sacerdote que jugó un papel muy importante en la educación musical, sin olvidar los valores que inculcó a generaciones de jóvenes que pasaron por sus manos.

La elección del templo no es casual. Se trata de uno de los más antiguos de la capital y en el que Aguado realizó su último ensayo, una iglesia que, además, acoge desde 1993 los ensayos del Coro Sacro, según explicó Pablo Durán, al tener “la mejor acústica”. Previamente al descubrimiento de la placa, Pablo Durán, visiblemente emocionado, recordó ante la familia de Jerónimo Aguado y cantores y excantores en distintas etapas, además de miembros del Coro del Miserere del Yacente y numeroso público, la figura de un sacerdote que “nos marcó el camino de todo lo que hoy hacemos”. La historia se forjó, dijo, con una Hermandad Penitencial, un salmo y un coro estable en 1978, con la incorporación de voces femeninas en 1980 y, al frente, hasta que la enfermedad le obligó a retirarse en 2001, Jerónimo Aguado, un hombre humilde y sencillo que “hoy queremos recordar con alegría”.

La edil de Cultura reconoció que la ciudad estaba “en deuda” con el fundador del Coro Sacro y resaltó el lugar elegido para colocar la placa, un rincón por el que siempre “pasan los cantores” antes de ensayar y que “siempre” les recordará a quien fue su maestro.

El sencillo homenaje culminó entre aplausos tras entonar miembros del coro el “Canticorum Iubilo”, de Haendel, uno de los temas corales más conocidos y un canto de “alegría y de júbilo”, tal y como procede tras el homenaje a Jerónimo Aguado, el hombre que dedicó su vida a la música.



 Volver