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Homenaje a los 23 zamoranos deportados en los campos de concentración nazis coincidiendo con el 76 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Mauthausen

05/05/2021

Zamora ha rendido hoy homenaje a los veintitrés zamoranos que fueron deportados a los campos de concentración nazis, con la instalación de un memorial de recuerdo, con sus nombres grabados en pequeños adoquines "stolpersteine" ubicados en la confluencia de la plaza e Alemania con la calle de San Torcuato. El acto, promovido por el Ayuntamiento, ha contado también con la colaboración del Foro por la Memoria de Zamora y del Centro Isaac Campantón, y se ha desarrollado hoy, 5 de mayo, coincidiendo con el 76 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Mauthauseen, donde estuvieron recluidos gran parte de estos zamoranos que, como otros muchos españoles se vieron obligados a salir de España a consecuencia del golpe de estado contra el Gobierno de la República y la consiguiente Guerra de España.

El alcalde ha recordado que este es "un acto político, en el buen sentido de la palabra" siguiendo el compromiso marcado por el Ayuntamiento de reconocimiento de la memoria histórica que ha tenido como precedente la reparación personal los funcionarios y miembros de la corporación municipal represaliados por el franquismo, algunos de los cuales fueron directamente fusilados por sus ideas políticas. Para Francisco Guarido se trata también un acto de "reconocimiento a la democracia y de honor a las personas que lucharon por al democracia"

El memorial estará integrado por veintitrés adoquines, que llevan impreso en latón los nombres de cada uno de los deportados. Se trata de una idea del artista alemán Gunter Demnig quien ya los ha instalado en cerca de 2000 ciudades de Europa y América latina. El nombre original en alemán, Stolpersteine, significa “piedra que hace tropezar”, y el proyecto surgió ante la negación de la ciudad de Colonia a reconocer el hecho de la deportación de gitanos. El artista entonces reaccionó pintando con un ingenioso artilugio el camino que siguieron esas personas hasta la estación de ferrocarril desde donde fueron deportados a los campos de exterminio nazis. Posteriormente ingenió el pequeño bloque memorial dedicado a personas que se instala de forma en principio clandestina delante de las viviendas que habitaron las víctimas.

El concejal, Christoph Strieder, en su condición de alemán y miembro de la corporación municipal del Ayuntamiento de Zamora, puso de manifiesto la sensibilidad que existe entre las generaciones actuales alemanas sobre aquellos episodios vividos en su país y los procesos posteriores para depurar responsabilidades. Aseguró, no obstante, que "casi más importante que los castigos a los culpables es conocer como funcionó un Estado que alentó y protegió el genocidio con la Ley". Para Strieder recuperar la memoria de los 23 zamoranos deportados a los campos de concentración nazis en una necesidad y la mejor manera de honrarles es "luchar para que aprendamos de lo que sucedió y nunca volvamos a cometer esas atrocidades; porque conocer los sufrimientos y aprender de ello para que no vuelvan a repetirse es la mejor forma de honrar su memoria".

También intervino Eduardo Martín en representación del Foro para la Memoria Histórica de Zamora, para quien el acto de hoy es un "ejercicio de humildad", tanto por el formato del propio monumento, que nos obliga a inclinarnos para ver su contenido, en un gesto físico, "pero también es un gesto moral de respeto". Y porque recuperando la memoria de los deportados "no les estamos devolviendo al dignidad, sino que son ellos los que nos la devuelven a nosotros, en el momento en que cumplimos con el deber moral de recordarlos, que es una exigencia ética y una obligación consustancial a la ciudadanía democrática".

El alcalde se refirió también a la elección de la plaza de Alemania como el lugar para la instalación de este memorial, una plaza que recibió ese nombre el 11 de enero de 1937 por parte de la corporación municipal de entonces, dado que la ciudad se encontraba entonces en la llamada zona nacional ocupada por el ejército de Franco, cuya afinidad ideológica con la Alemania de Hitler era notoria. La elección del lugar pretende enfrentarse críticamente con el pasado, pero manteniendo el nombre de la plaza como lugar de memoria, integrando en ella los nombres de las víctimas de los regímenes fascistas, creando así otro espacio en la ciudad dedicado a la reflexión sobre nuestra historia común, local y universal.

El encuentro contó con la presencia familiares y descendientes de algunos de los deportados y numerosos zamoranos que se sumaron al acto, donde se dio lectura de sendos comunicados de las "Amicales" de los deportados en los campos de Mauthausen y Dachau.

Desde la Amical de Mauthausen se recordó la importancia de "honrar, reivindicar y promover la vigencia de la memoria de estos españoles y reconocer el lugar de privilegio que les corresponde por su defensa de la democracia y de las libertades. Integrar el recuerdo de las víctimas del nazismo en las conciencias individuales y colectivas para conocer hasta dónde puede llegar la capacidad humana para perpetrar el mal y para ejercer el bien; y dotar de referentes democráticos a nuestra sociedad para convertirnos en memoria vigilante contra el antisemitismo, racismo y cualquier otra forma de intolerancia, así como contra los revisionismos y negacionismos".

Desde la Amical de Dachau se recordó especialmente a Carlos Redondo Flores y Juan Antonio Turiel Furons ambos deportados en aquel campo de concentración, "aunque todos y todas las víctimas de la deportación se encuentran en el mismo espacio de la Memoria colectiva, el campo a donde fueron deportados solo fue un azar, lo esencial es que la violencia que se ejerció contra todos ellos y ellas no es el camino para resolver las diferencias. Recordar a las víctimas de la represión y de la deportación es luchar contra el olvido y darles vida devolverles la vida".

El acto concluyó con la interpretación musical del grupo El Portal de Carmen.



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